Principios del adiestramiento canino (Parte 1)


Adiestramiento canino 

Adiestramiento canino, o adiestramiento de perros, es el arte y la ciencia de comunicarse y negociar con los perros. A través del adiestramiento crearás una unión tan intensa con tu perro que jamás podrás volver a tener un perro sin adiestrar. Aquí encontrarás información sobre adiestramiento canino, enfocados principalmente en el adiestramiento en positivo. Es decir que encontrarás información acerca de cómo entrenar a tu perro sin maltratarlo.

Adiestramiento canino - ¿De qué se trata en realidad? 

El adiestramiento canino es una disciplina que no está definida con claridad, aunque la practican millones de personas en el mundo. La dificultad para definir con precisión lo que es el adiestramiento de perros constituye una de las razones por las que muchos propietarios de perros no entienden la necesidad de adiestrar a sus mascotas.
Algunas personas piensan que el adiestramiento canino consiste en robotizar a los perros mediante alguna técnica mística de programación mental. Otras personas piensan que solamente es necesario el adiestramiento especializado para perros de trabajo real y deportivos. Sólo algunas personas consideran que es necesario adiestrar a perros mascota, especialmente a los perros pequeños como los chihuahua o los Yorkshire terrier.
Esa dificultad para precisar lo que es el adiestramiento canino también es una de las razones, aunque no la única, por las que existen tantas discrepancias entre adiestradores de perros.
Aunque existen diferentes puntos de vista, y muchos de ellos válidos, aquí consideraremos que:

Adiestramiento canino es el proceso mediante el cual una persona logra que un perro aprenda y adquiera destreza en algo, y mantenga esa destreza. 

De acuerdo con esta definición, el adiestramiento canino necesita la participación de una persona, ya sea directa o indirectamente. Por tanto, lo que tu perro aprenda sin tu intervención no forma parte del adiestramiento, aunque sí forme parte de su comportamiento.
Nota también que la definición de adiestramiento canino exige la adquisición y mantenimiento de destrezas. Es decir que no basta con enseñarle algo nuevo a tu perro, sino que es necesario mantener y perfeccionar ese aprendizaje para poder decir que tu perro está adiestrado.
Puesto que las conductas adiestradas necesitan mantenimiento, el adiestramiento de perros es una actividad de por vida. No es posible decir "mi perro está entrenado" y no practicar nuca más. Sin embargo, una vez que las conductas adiestradas se convierten en hábitos, el mantenimiento es fácil y no requiere mucho esfuerzo.
Ya sea que quieras adiestrar a tu perro sólo para que se comporte adecuadamente en casa, para competir en deportes caninos o para convertirlo en especialista en alguna actividad canina, la información que encontrarás aquí te ayudarán a comprender las verdades y los mitos del adiestramiento canino.


Principios del adiestramiento canino

El adiestramiento canino consiste en la modificación de conductas del perro a través del aprendizaje guiado. Por tanto, los principios del adiestramiento canino son los mismos principios propuestos por las teorías del aprendizaje, sólo que se aplican de una manera específica.
Aunque existen muchos entrenadores que tienen éxito sin conocer estos principios, conocerlos te ayudará a entrenar mejor y con más eficiencia. Ya sea que te interese convertirte en un adiestrador profesional de perro, que ya seas uno o que solamente quieras entrenar a tu perro en el nivel más básico, los principios del adiestramiento te darán una enorme ventaja sobre quienes no tienen este conocimiento.


Condicionamiento clásico

El condicionamiento clásico o condicionamiento respondiente es uno de los tipos de aprendizaje más simples y el primero que fue sometido a investigación científica intensa. Fue el fisiólogo ruso Iván Pavlov quien desarrolló el concepto de condicionamiento clásico, cuando estudiaba procesos digestivos en perros.

Aprendizaje por condicionamiento clásico

Muchos estímulos ambientales producen respuestas reflejas que no han sido aprendidas. Por ejemplo, la presencia de comida en la boca produce salivación, un ruido fuerte causa sobresalto, la luz intensa produce contracción de las pupilas, etc. Los estímulos que producen estas respuestas se conocen como estímulos incondicionados, y las respuestas se conocen como respuestas incondicionadas. En este caso, el término "incondicionado" significa que no es necesario el aprendizaje para que el estímulo provoque la respuesta.
Otros estímulos son neutros porque no causan las respuestas reflejas en el organismo. Por ejemplo, el sonido de una campanita no provocará la salivación.
El condicionamiento clásico ocurre cuando el estímulo neutro adquiere la propiedad de producir la respuesta incondicionada, porque ha sido asociado repetidas veces con el estímulo incondicionado. Por ejemplo, si haces sonar una campanita cada vez que le das comida a tu perro, después de unas cuantas veces él asociará el sonido de la campanita con la comida y salivará cada vez que lo escuche.
El estímulo neutro que ha adquirido la propiedad de producir la respuesta refleja se conoce como estímulo condicionado. El término "condicionado" significa que el aprendizaje es necesario para que el estímulo provoque la respuesta.
Es fácil ver el condicionamiento clásico en la vida cotidiana. Abundan los ejemplos con perros:


  • Perros que se vuelven locos de emoción cada vez que su propietario toma la correa para ir a pasear
  • Perros que acuden inmediatamente cada vez que ven a sus propietarios levantar el recipiente de comida.
  • Perros que corren a esconderse cada vez que aparece el jardinero, porque asociaron a esta persona con eventos desagradables.

  • Contracondicionamiento
    Una respuesta que ha sido condicionada, también puede ser contracondicionada. Es decir que el aprendizaje por condicionamiento clásico puede revertirse empleando el mismo proceso.
    Por ejemplo, un perro que aprendió a ser agresivo porque tuvo malas experiencias con la gente, puede aprender a socializar con las personas si le ocurre algo agradable cada vez que ve un extraño. El proceso de contracondicionamiento se usa con frecuencia para modificar conductas emocionales inapropiadas, y suele llevarse a cabo junto con la desensibilización.

    El condicionamiento clásico en el adiestramiento canino 

    El condicionamiento clásico es una herramienta muy poderosa en el adiestramiento de perros, ya que permite trabajar directamente sobre las emociones del animal. Por tanto, el condicionamiento clásico te será de utilidad para socializar a tu perro, para eliminar fobias que pueda tener y para reducir la agresión. En todos esos casos, el principio de adiestramiento consiste en lograr que tu perro asocie con cosas agradables (comida, juegos, etc.) a la gente, a otros perros y a situaciones estresantes.
    También usarás el condicionamiento clásico para crear un reforzador condicionado. Un reforzador condicionado es una señal que le indica a tu perro que ha hecho algo correcto y que las consecuencias de su conducta serán agradables. El reforzador condicionado es la base del adiestramiento con clicker.

    Condicionamiento operante

    El condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje que tiene que ver con el desarrollo de nuevas conductas, y no con la asociación entre estímulos y conductas reflejas como ocurre en el condicionamiento clásico. Los principios del condicionamiento operante fueron desarrollados por B. F. Skinner, quien recibió la influencia de las investigaciones de Pavlov, de Edward L. Thorndike y de la teoría de la selección natural de Charles Darwin.

    Aprendizaje por condicionamiento operante

    En el condicionamiento operante las conductas se emiten espontáneamente y sus consecuencias determinan el aprendizaje. Así, las consecuencias agradables (apetitivas) tienden a fortalecer una conducta. En cambio, las consecuencias desagradables (aversivas) tienden a debilitar una conducta.
    Un ejemplo claro del aprendizaje por condicionamiento operante ocurre en los perros que jalan la correa cuando salen a pasear. El perro jala la correa y su propietario lo sigue, hasta que llegan a donde el perro quiere ir. Entonces, la conducta (inapropiada) de jalar la correa se fortalece porque el perro consigue lo que quería. Es por eso que ves tantos perros arrastrando a sus dueños por las calles.
    Por el mismo proceso de aprendizaje, aunque con consecuencias opuestas, algunos niños aprenden que no deben tocar la estufa cuando está caliente. Cuando tocan la estufa se queman la mano. Entonces, la conducta de tocar la estufa cuando está encendida desaparece porque tiene consecuencias desagradables.
    Existen varios principios del condicionamiento operante, y verás algunos más adelante, pero todos ellos se pueden resumir en cuatro grandes grupos:

    1. Reforzamiento. Es el aumento de la frecuencia de una conducta, resultante de la adición o retiro de algo como consecuencia de esa conducta.
    Por ejemplo, tu perro se sienta y le das comida cuando lo hace. Tu perro se sienta cada vez con más frecuencia porque la comida ha funcionado como reforzador. Esto se conoce como reforzamiento positivo porque la adición de algo (comida) aumenta la frecuencia de la conducta (sentarse).
    Ahora imagina que tu perro tiene miedo de la gente. Una persona se le acerca y él ladra agresivamente. La persona se aleja y tu perro deja de sentir miedo. Entonces, aprende que ladrando agresivamente puede alejar a la gente. Esto se conoce como reforzamiento negativo porque el retiro de algo (la gente) aumenta la frecuencia de la conducta (ladrar agresivamente).

    2. Castigo. Es la disminución de la frecuencia de una conducta, resultante de la adición o retiro de algo como consecuencia de esa conducta.
    Imagina que tu perro se acerca a un extraño al que no le gustan los perros, y esta persona le da una patada. Entonces, tu perro aprende a evitar a las personas. Esto se conoce como castigo positivo porque la adición de algo (la patada) disminuye la frecuencia de la conducta (acercarse a las personas). Este tipo de castigo no es recomendable en el adiestramiento porque tiene consecuencias adversas que implican daño físico y/o emocional del perro.
    Un caso diferente ocurre si tu perro está jugando contigo al tira y afloja. Tú tiras del extremo de un trapo, mientras tu perro tira del otro extremo. En su entusiasmo por morder el trapo, tu perro te muerde la mano, por lo que terminas el juego y te vas. Entonces tu perro aprende a no morderte cuando juegan. Esto se conoce como castigo negativo, porque el retiro o de algo (el juego) disminuye la frecuencia de la conducta (morder tu mano).

    3. Extinción. Es la disminución de la frecuencia de una conducta aprendida, que ocurre cuando dicha conducta deja de ser reforzada. Es decir que dejan de existir las consecuencias que antes reforzaban la conducta.
    Imagina que cuando tu perro era un cachorro saludaba a las personas saltando sobre ellas, porque lo acariciaban y jugaban con él. Entonces aprendió que esta es la manera correcta de saludar a la gente. Un buen día, la gente deja de acariciarlo y jugar con él cuando salta. En cambio, le dan la espalda y lo ignoran. Con el tiempo tu perro deja de saltar para saludar a las personas. Esto ocurre porque la conducta aprendida (saltar sobre las personas) deja de tener consecuencias reforzantes y, entonces, se produce la extinción de la conducta.

    4. Control por el estímulo. Es el aumento de la frecuencia de una conducta en presencia de un estímulo, pero no en presencia de otros.
    El control por el estímulo es fácil de observar en perros que tienen un adiestramiento avanzado en obediencia canina. Cuando se le pide al perro que se eche, él se echa. No se sienta, no salta, no da vueltas. Sólo se echa.
    Esto ocurre porque la orden para echarse se ha convertido en el estímulo que controla la conducta. Por supuesto, el perro también se echa en otras ocasiones que no tienen que ver con el adiestramiento, como cuando está cansado, porque otros estímulos controlan esa conducta en otras situaciones.


    El condicionamiento operante en el adiestramiento canino 
    El condicionamiento operante te servirá para modificar la conducta de tu perro porque controlarás todas las consecuencias de su conducta... al menos durante las sesiones de adiestramiento.

    El ABC de la conducta

    Para explicar porqué tu perro se comporta de la manera en que lo hace, debes comprender tres conceptos básicos de la modificación de conductas: antecedentes, conducta y consecuencias.
     Los antecedentes son aquellas cosas que ocurren o están presentes antes que se produzca la conducta, y pueden ser cualquier cosa. Puedes considerarlos como el gatillo que dispara la conducta (aunque técnicamente no lo son).
    La conducta es todo lo que tu perro realiza. Puede ser cualquier acción, ya sea que la veas o no. Por ejemplo, tu perro puede mostrarse muy atento (una conducta que puedes ver) cuando levantas su plato para ponerle comida, pero también puede empezar a salivar y secretar jugos gástricos (conductas que no ves).
    La definición de conducta es compleja y existen diferencias sobre esta definición entre quienes estudian el comportamiento (psicólogos, etólogos, etc.). Sin embargo, para fines prácticos, basta con decir que la conducta es cualquier cosa que hace tu perro. Como dicen algunos adiestradores "si lo puede hacer un perro muerto, entonces no es conducta".
    Las consecuencias son las cosas que ocurren después de la conducta. Como indican los principios del condicionamiento operante, la conducta puede ser modificada por sus consecuencias. Las tres maneras de modificar la conducta a través de sus consecuencias consisten en:


  • Usar consecuencias que aumentan la frecuencia de la conducta. Estas consecuencias se conocen como reforzadores. También se conocen como recompensas, pero este término no es correcto. 
  • Usar consecuencias que disminuyen la frecuencia de la conducta. Estas consecuencias se conocen como castigos.
  • No usar ninguna consecuencia, y así disminuir una conducta aprendida con anterioridad. La ausencia de consecuencias se usa en el proceso de extinción de conductas.


  • La relación entre antecedentes, conducta y consecuencias se conoce formalmente como contingencia.

    ¿Por qué ABC?
    Los autores norteamericanos popularizaron el acróstico ABC para referirse a las contingencias, porque esas son las iniciales en inglés de los tres elementos de la contingencia: Antecedent, Behavior, Consequence. Aunque viene del inglés, el acróstico se ha popularizado también entre los conductistas de habla hispana.

    Las contingencias en el adiestramiento canino 
     Una consecuencia puede modificar una conducta en particular, solamente si la consecuencia ocurre inmediatamente después de la conducta y no en otras situaciones. Es decir que la consecuencia debe ser dependiente o contingente a la conducta.
    Si esa consecuencia ocurre en cualquier momento (no es contingente a la conducta), entonces no modificará la conducta.
    Por ejemplo, imagina que le estás enseñando a tu perro a sentarse. Decides que un pedacito de pollo cocido es una consecuencia reforzadora porque a él le gusta mucho el pollo. Entonces, le das un pedacito de pollo cuando se sienta.
    Pero después que le diste el primer pedacito de pollo, tu perro se te acerca alegre para recibir más comida. Como te da pena ver sus ojazos de cachorro abandonado, le das un poquito más de pollo. Entonces, tu perro salta y ladra, y le das otro pedacito de pollo "porque es tan tierno". Y así te pasas toda la sesión de adiestramiento dándole pedacitos de pollo a tu perro, a veces cuando se sienta y otras veces cuando hace otras cosas.
    El resultado es que tu perro se "morfa" medio pollo y no aprende a sentarse. En este ejemplo, el pedacito de pollo no actúa como reforzador de la conducta de sentarse, porque le das a tu perro la comida en diferentes circunstancias. Es decir que el pollo no es contingente a la conducta de sentarse.
    Ahora imagina la misma situación, pero solamente le das el pollo a tu perro cuando se sienta. No importa si se te acerca, ladra, salta, resuelve ecuaciones diferenciales o toma rehenes. El pollo cocido aparece solamente después que tu perro se sienta.
    En poco tiempo tu perro deja de ladrar, saltar y resolver ecuaciones diferenciales. Incluso libera a sus rehenes. Ahora lo único que hace es sentarse. Esto ocurre porque, en este ejemplo, los pedacitos de pollo cocido sólo aparecen cuando tu perro se sienta. Es decir que el pollo es contingente a sentarse.
    En definitiva, para adiestrar a tu perro tienes que controlar las consecuencias y hacer que sean contingentes a la conducta particular que quieres fortalecer o debilitar.


    Fuente: deperros.org


    Aviso!!!





    El objetivo de este Blog es solamente educativo. Habiendo dado advertencias previas sobre toda forma de uso inadecuada del material y siendo este solo de carácter educativo teórico. El autor no se hacer responsable por los usos dados de esta información, la responsabilidad recae enteramente en el usuario que pueda mal utilizar lo aquí expuesto. Todo el material aquí expuesto es extraído de distintos sitios de la red, siendo el mismo considerado publico. Repito el autor del Blog no toma responsabilidad de el mal uso del ya mencionado material.